Y sentada frente al mar, reflejaba con destellos de luna su sonrisa infantil; recordando todo aquello que la hace feliz y por lo que esta dispuesta a luchar. De pronto, gotitas de mar brotaron de sus ojos recorriendo sus redondas y rosadas mejillas, gotitas de tiempo desgastado pero bien vivido, que cobran su factura dibujando caminitos en su piel.
Solo de una cosa se olvidó, y hoy la ha vuelto a recordar...
Olvidó sus sueños, esos que la llevaban por caminos clandestinos llenos de fantasía a los que solo ella era elegida para contemplar; esos que la hacían volar tan alto regalándole esa pizca de optimismo necesaria para enfrentar la realidad. Esos, que hoy ha vuelto a recordar.